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16 de agosto de 2012

Lo que no hagan ellos, no lo hace nadie.


Chonino, un perro de la Policía. Hasta existe una calle en su honor.





Chonino era un perro Pastor Alemán, nacido el 4 de abril de 1975. En diciembre de 1977 fue reclutado por la Policía Federal Argentina y después de ser adiestrado como perro de seguridad, se lo catalogó como perro de presa; por lo que se lo reconocía apto para entrar en acción en situaciones donde peligrara la vida de sus conductores o terceros inocentes.

Como perro de policía, cumple su primer servicio participando del operativo de seguridad en el partido inaugural del mundial de fútbol de 1978, realizado en Argentina, en el estadio de River Plate. El animal es asignado a la zona de la comisaría número 45, de la capital Argentina.

El 2 de junio de 1983, realiza un patrullaje de rutina junto a su guía, el oficial Luis Sibert, en compañía del oficial Jorge Iani. Cerca de las 20 horas y bajo una fuerte lluvia, los oficiales se encuentran con dos maleantes que manosean de forma sospechosa las puertas de automóviles estacionados sobre la calle Lastra. Al tratar de identificarlos, los malhechores comienzan a efectuar disparos, que son respondidos por los policías. En el enfrentamiento, ambos oficiales resultan heridos, como también los delincuentes, que logran huir.

Durante la lucha, Chonino, al ver herido a su guía, se abalanza sobre uno de sus agresores, lo ataca y logra desarmarlo, pero recibe un disparo en el pecho, efectuado por el otro delincuente. El animal, agonizando, se arrastra con sus últimas fuerzas hacia su guía que yacía gravemente herido y muere a su lado. Luis Sibert, guía de Chonino, moriría más tarde por las heridas recibidas, mientras el oficial Iani, también herido, logra salvar su vida.

Tras el enfrentamiento, la policía constata que Chonino, ya muerto, aún apretaba entre sus mandíbulas un trozo de la chaqueta del delincuente al que atacó: era el bolsillo y en su interior estaban los documentos que lo identificaban. Gracias a este acto heroico, los maleantes fueron detenidos 5 días después en la provincia de Buenos Aires, hacia donde habían huido. Actualmente los restos de Chonino descansan en el Círculo de la Policía Federal Argentina.

La sociopatía de los lanceros

El ojo de un lancero de Tordesillas y el mío obedecen a idénticos principios anatómicos. Él y yo vemos exactamente lo mismo al contemplar a un toro derrotado y vencido por el agotamiento y el dolor. Los dos entendemos que en tales instantes angustiosos, el animal busca inútilmente llenar sus pulmones con un oxígeno que a esas alturas ya tiñe de rojo la tierra sobre la que se derrama su sangre. Uno y otro somos conscientes de su espantosa agonía provocada por las lanzadas. Y ambos sabemos que ese toro morirá.
Pero en su caso, una estampa tan sobrecogedora le resulta fascinante, seductora, mientras que a mí lo que logra es estremecerme. Y no estamos hablando de
una película o de un cuadro, en los que el horror que puedan transmitir se circunscribe al mundo de la imaginación, sino de la realidad encarnada en el padecimiento atroz y visible de un ser vivo. Con esas premisas, ¿dónde reside la diferencia entre su reacción y la mía ante semejante espectáculo?
Según la psiquiatría, la sociopatía o el trastorno de la personalidad antisocial es un patrón general de desprecio y violación de los derechos de los demás. Una de sus características es la ausencia de empatía o de remordimientos, así como una constante búsqueda de nuevas sensaciones que pueden llegar a extremos aberrantes. También incluye el experimentar la necesidad de demostrar control y poder. No soy ningún profesional médico, pero aún sin formación específica alcanzo a observar todas estas características en un lancero.
En cuanto a las causas se mencionan las genéticas, las biológicas y también el entorno de la persona. Parece que la cercanía física del Torneo del Toro de la Vega y que constituya un referente para ciertos padres, educadores, vecinos o amigos del futuro lancero, algo puede influir en la consolidación de esas fuentes ambientales. Según el Jefe de Psiquiatría del Hospital de Alcorcón, Francisco Montañés, aproximadamente la mitad de los individuos asociales incurren en conductas sádicas, y la Revista Journalof the American Academy of Psychiatry and the Law publicó un estudio en el que se asociaban los actos de crueldad con los animales, con un trastorno de personalidad antisocial. Más allá son infinidad de estudios los que relacionan maltrato de animales, violencia contra personas y conductas antisociales. Para quien desee ahondar en estos aspectos contamos en España con una persona que alberga conocimientos enciclopédicos sobre los mismos, la Doctora Nuria Querol I Viñas.
En el desarrollo de los datos citados, se mueve probablemente la explicación al porqué de esa interpretación tan diferente a una misma realidad entre un lancero y yo, o entre ese lancero y la mayoría de los ciudadanos de este País o de cualquier otro, a los que les resulta muy difícil de asumir que el Toro Alanceado de Tordesillas sea un acto todavía permitido por las autoridades.
Ahora falta saber si con todo el nivel de información del que disponemos, nuestros políticos adaptan su gestión de gobierno en este asunto a la opinión y a los informes de psiquiatras y criminólogos, o prefieren ajustarla al contenido y a las creencias de los responsables del Patronato del Toro de la Vega , una suerte de Congregación del Santo Oficio donde los extravíos y la perversión son carta de identidad para sus responsables y seguidores.
De momento, un toro llamado Volante, espera en una ganadería a que llegue el segundo martes de septiembre, jornada en la que un grupo de hombres, a mi entender sociópatas, lo acribillarán a lanzadas y probablemente lo rematarán con el primer objeto punzante que tengan a mano. Ese animal no entiende de política, medicina o criminología, pero al final va a ser él quien pague con su muerte o se beneficie con la continuidad de su vida, de la decisión que tomen los únicos que pueden convertir la razón en ley o continuar como hasta ahora: sometidos a la degradación dictada por quienes padecen patologías tipificadas y muy nocivas para animales y humanos, niños especialmente.
Sólo un apunte más: el alanceamiento de Tordesillas constituye una excepción a la prohibición de maltratar y ensañarse con animales, toros incluidos, fuera de la fecha y del lugar autorizado. Con eso basta para demostrar que hasta quienes redactan las leyes entienden que es un acto brutal que merece la prohibición. Dar el visto bueno a su celebración un día específico como salvedad a la norma, es equivalente a permitir el linchamiento puntual de un hombre como parte de un programa de festejos.
 
Fuente: http://findelmaltratoanimal.blogspot.com.es/2012/07/la-sociopatia-de-los-lanceros-de.html

Neurocientíficos reconocen la conciencia en aves y mamíferos

El  neurocientífico canadiense Philip Low, ganó prominencia en la prensa científica después de presentar un proyecto con el físico Stephen Hawking, de 70 años. Low quiere ayudar a Hawking, que está completamente paralizado desde hace 40 años a causa de una enfermedad degenerativa, y es por ese motivo que sólo puede comunicarse con la mente. Los resultados del estudio fueron revelados el sábado pasado en una conferencia en Cambridge. Sin embargo, el propósito principal de la reunión era otro. En ella, los neurocientíficos de todo el mundo firmaron una petición afirmando que todos los mamíferos, aves y otras criaturas, incluyendo pulpos; tienen conciencia. Stephen Hawking estuvo presente en la cena de la firma del manifiesto como invitado de honor.
Philip Low: “Todos los mamíferos y pájaros tienen conciencia”.
Low es un investigador de la Universidad de Stanford y de MIT (Massachusetts Institute of Technology), ambos lugares se encuentran en los Estados Unidos. Él y 25 investigadores más creen que las estructuras cerebrales que producen la conciencia en los seres humanos también existen en los animales. "Las áreas cerebrales que nos distinguen de otros animales no son los que producen la conciencia", dice Low, que concedió la siguiente entrevista a una página web:
Entrevistador: Los estudios sobre el comportamiento animal han afirmado que varios animales tienen cierto grado de conciencia. ¿Qué dice la neurociencia al respecto?
Low: Descubrimos que las estructuras que nos distinguen de otros animales, tales como el córtex cerebral, no son responsables de la manifestación de la conciencia. En pocas palabras, si el resto del cerebro es responsable de la conciencia y esas estructuras son semejantes entre seres humanos y otros animales, como mamíferos y aves, llegamos a la conclusión de que estos animales también son conscientes.
Entrevistador: ¿Qué animales tienen conciencia?
Low: Sabemos que todos los mamíferos, todas las aves y muchas otras criaturas, como el pulpo, cuentan con las estructuras nerviosas que producen la conciencia. Esto significa que estos animales sufren. Es una verdad incómoda: siempre era fácil decir que los animales no tienen conciencia. Ahora tenemos un grupo de neurocientíficos respetados que estudian el fenómeno de la conciencia, el comportamiento animal, la red neuronal, la anatomía y la genética del cerebro. Ya no se puede decir que no lo sabíamos.
Entrevistador: ¿Es posible medir la similitud entre la conciencia de los mamíferosy las aves y la de los seres humanos?
Low: Esta pregunta se ha dejado abierta en el manifiesto. No tenemos un indicador, dada la naturaleza de nuestro enfoque. Sabemos que hay diferentes tipos de conciencia. Podemos decir, sin embargo, que la capacidad de sentir dolor y placer en los mamíferos y los seres humanos es muy similar.
Entrevistador: ¿Qué tipo de comportamiento animal apoya la idea de que tienen conciencia?
Low: Cuando un perro tiene miedo o siente dolor o felicidad al ver a su dueño, son activadas en su cerebro estructuras similares a las que se activan en los seres humanos cuando mostramos miedo, dolor y placer. Un comportamiento muy importante es el auto-reconocimiento en el espejo. De entre los animales que pueden hacerlo, además de los humanos, se encuentran los delfines, chimpancés, bonobos, los perros y una especie de ave llamada pica-pica.
Entrevistador: ¿Qué beneficios podrían surgir a partir del entendimiento de la conciencia en los animales?
Low: Aquí hay una cierta ironía. Gastamos mucho dinero tratando de encontrar vida inteligente fuera del planeta mientras estamos aquí; rodeados de inteligencia consciente en el propio planeta. Si tenemos en cuenta que un pulpo - que cuenta con 500 millones de neuronas (los seres humanos tenemos 100 billones) - consigue producir conciencia, estamos mucho más cerca de producir una conciencia sintética de lo que pensábamos. Es mucho más fácil producir un modelo con 500 millones de neuronas que de 100 billones. Es decir que estos modelos sintéticos pueden ser más fáciles ahora.
Entrevistador: ¿Cuál es la ambición del manifiesto? ¿Los neurocientíficos se han convertido en militantes del movimiento por los derechos de los animales?
Low: Se trata de un asunto delicado. Nuestro papel como científicos no es decir lo que la sociedad debe hacer, pero hacemos público lo que descubrimos. La sociedad ahora tendrá una discusión sobre lo que está sucediendo y podrá decidir si formular nuevas leyes, realizar más investigaciones para entender la conciencia de los animales o protegerlos de alguna manera. Nuestro papel es dar a conocer los datos.
Entrevistador: ¿Las conclusiones del manifiesto tuvieron algún impacto en su comportamiento?
Low: Creo que voy a hacerme vegetariano. Es imposible no sentirse tocado por esta nueva percepción sobre los animales, en especial acerca de su experiencia del sufrimiento. Va a ser difícil, pues me encanta el queso.
Entrevistador: ¿Qué puede cambiar con el impacto de este descubrimiento?
Low: Los datos son perturbadores, pero muy importantes. A la larga, creo que la sociedad va a depender menos de los animales. Será mejor para todos. Déjeme darle un ejemplo. El mundo gasta 20 billones de dólares al año matando a 100 millones de animales vertebrados en investigaciones médicas. La probabilidad de que un fármaco provinente de esos estudios sea eficaz en seres humanos es del 6%. Es una pésima probabilidad. Un primer paso consiste en desarrollar procedimientos no invasivos. No creo que sea necesario quitar vidas para estudiar la vida. Creo que tenemos que apelar a nuestro propio ingenio y desarrollar mejores tecnologías que respeten la vida de los animales. Tenemos que poner la tecnología en una posición en la que sirva a nuestros ideales, en lugar de competir con ellos.